Tú como emprendedor ¿sabes si vas por el camino correcto?

Perseverancia o necedad, la delgada línea de ser un emprendedor

Servicio al cliente

"No le tengas miedo al fracaso, pero trata de evitarlo a toda costa".

Sentencia que todo emprendedor tiene presente y lograr el equilibrio es un arte, y algunos puntos que te ayudarán a situarte en qué lado de la línea estás son los siguientes:


1. Humildad y Objetividad.

Nuestras ideas, como todo lo que nace de la mente, son perfectas, sin el más mínimo margen de error, pero una vez puestas a prueba salen los defectos y los ajustes y, en ocasiones el olvido, ya que no se pudo comprobar su factibilidad. Cuando tenemos muchos años de experiencia y visualizamos el gran potencial de nuestras ideas, en ocasiones sobrevaloramos la iniciativa y no permitimos que alguien más opine, ya que los expertos somos nosotros, sin embargo, tenemos que ser humildes y objetivos para aceptar que nuestras ideas pueden necesitar cambios, ajustes, estudios o simplemente no funcionan.


Esto no significa que tengamos que irnos al otro extremo y que a la primera motivación abandonemos nuestros proyectos. Lo importante es ser objetivos y aceptar que podemos equivocarnos, peor lo más importante que podemos corregir el rumbo y volver a empezar de manera correcta.


2. Capacidad de adaptación.

Puede ser que nuestro proyecto si sea una gran idea siempre y solo requiere algunos ajustes. Como emprendedores tenemos que estar abiertos a entender el contexto de nuestra propuesta y las necesidades del mercado para poder enfocarnos de manera objetiva y práctica, y atender estas necesidades para posteriormente evolucionar.


3. Buen oído, pero con mejor filtro.

Ante una nueva idea, todos tenemos una opinión, todos sabemos cuál es mejor camino para que esa idea funcione y estas llegan sin siquiera pedirlas, por lo que puede resultar incomodo y hasta molesto atenderlas, pero cerrarnos a escucharlas puede ser ingenuo e incluso arrogante, ya que no sabemos dónde o cuándo pueda surgir una opinión valiosa que nos haga ver una debilidad o una oportunidad de mejora.


Pero se debe tener cuidado de que las opiniones no te afecten. Hay que tener disposición de escuchar y a la vez desarrollar un buen filtro para saber con que tenemos que quedarnos.


Al final del día, no hay fórmulas mágicas, lo que tenemos que aprender es que todo debe ser un balance entre escuchar y filtrar, entre adaptarnos y aferrarnos a nuestras fortalezas, entre aceptar nuestros errores y saber cuando estamos en lo correcto.


Esto es algo que aprendemos con la experiencia, sobre la marcha, y pudiera ser cruel, pero es una gran ventaja, porque cualquiera puede fallar, pero sin duda es una de las grandes ventajas del camino del emprendedor, pues aunque cualquiera puede equivocarse y fallar, también todos tienen la oportunidad de tener éxito.


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